CELA, La familia de Pascual Duarte, Barcelona, Destino, 1994.
Pascual Duarte se nos presenta como un hombre sufriente que, a primera vista, mata por obligación. Ésta es la sensación que recibe el lector cuando conoce la infancia terrorífica del protagonista quien, a pesar del paso del tiempo, tampoco logra triunfar en ninguno de sus matrimonios. Con sus hijos la suerte será la misma: el primero terminará en aborto y el segundo no será suyo sino del “estirao”. Pascual le mata y va a la cárcel. Tras salir, se vuelve a casar, esta vez con Esperanza.
La sorpresa viene cuando en un arrebato Pascual mata a su madre. Es entonces cuando el lector comienza a ver al protagonista con otros ojos.
Cela, aunque no lo admitió, implantó el tremendismo en esta novela sorprendente que engaña al lector. Nos hace creer que el protagonista es un pobre desgraciado que pese a su “buena naturaleza” la vida le ha puesto en malos compromisos. Sin embargo, al final descubrimos por boca del mismo protagonista y a la manera de testimonio que, cuando mató a su madre, él lo hizo con plena conciencia.
A lo largo de la obra el lector tiene la sensación de ser un juez inmerso entre asesinatos e injusticias. El autor nos obliga a elaborar nuestro propio juicio moral acerca del protagonista para después, al final, demostrarnos que las apariencias engañan y nos han traicionado a la hora de sacar conclusiones.
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